jueves, 21 de febrero de 2008

La oración arciprestal de L'Ollería

Con una semanita de retraso, debido a la cena del hambre, me contaba uno de los párrocos, comenzaron las oraciones arciprestales. Y como siempre, no por nada, sino por la amplitud del templo, la primera fue para confesarse.
A las 10.36 los sacerdotes iniciaron la procesión de entrada, mientras la asamblea les acogía con el canto Dios es fiel. Seguidamente D. Emilio, arcipreste y párroco, saludó a los asistentes. La monición de entrada animó a "recordar que en la esperanza hemos sido salvados" y "con un corazón arrepentido hemos elegido pedir perdón para recibir de Dios su amor y misericordia y celebrar, reconciliados con Él, la alegría inmensa de la Pascua".
Todos cantamos el Vengo ante ti, Señor y a continuación una selección de textos de la Encíclica "En Esperanza fuimos salvados", intercalada con música de fondo de Gen Verde nos preparó para acoger la cruz. El canto de La Fonte, el Evangelio del Domingo y un muy interesante examen de conciencia tomado de cáritas, abrieron el corazón para acoger la misericordia de Dios.
A este monaguillo, la verdad, le impresionó, ver de rodillas a los sacerdotes, confesándose y pidiéndo perdón a Dios, dándonos ejemplo de ello. Fue el momento más personal e íntimo. Dios en el sacerdote nos reconcilia y en la cruz nos muestra lo que ha hecho por el sacramento del perdón. La cruz y el perdón son inseparables, pues todo el amor que Cristo nos tiene se hace visible en el sacramento de la reconciliación. La cruz da significado al sacramento y el sacramento encuentra su razón de ser más profunda y su significado más personal en la cruz. Ante ella, arrodillado le das las gracias por haberte perdonado, por haber expresado el amor en las palabras de un hermano cristiano, que te sirve como sacerdote.
El mágnificat expresó comunitariamente la gratitud. Seguidamente rezamos un salmo a dos coros. El padrenuestro, la bendición, la acogida de la cruz por parte de Atzeneta y el canto final Tus heridas nos han curado concluyeron la celebración.

En este enlace encontraréis las fotos: http://groups.msn.com/arxiremei/encontrelollera15ii08.msnw

El monaguillo.
Y aquí tenéis el guión de la oración.
1.- Procesión de entrada. (de pie)
2.- Canto: Dios es fiel

Dios es fiel: guarda siempre su Alianza;
libra al pueblo de toda esclavitud.
Su Palabra resuena en los profetas,
reclamando el bien y la virtud.

Pueblo en marcha por el desierto ardiente:
horizontes de paz y libertad.
Asamblea de Dios, eterna fiesta;
tierra nueva, perenne heredad.

Si al mirar hacia atrás somos tentados
de volver al Egipto seductor,
el Espíritu empuja con su fuerza
a avanzar por la vía del amor.

El maná es un don que el cielo envía,
pero el pan hoy se cuece con sudor.
Leche y miel nos dará la tierra nueva,
si el trabajo es fecundo y redentor.

Y Jesús nos dará en el calvario
su lección: “Hágase tu voluntad”.
Y su sangre, vertida por nosotros,
será el precio de nuestra libertad.

3.- Saludo del párroco
4.- Monición inicial (sentados)
Durante el tiempo de Cuaresma contemplamos el misterio de Cristo, Salvador del mundo que nos llama a una vida nueva. Las parroquias del Arciprestazgo “Mare de Déu del Remei” nos hemos reunido para orar juntos en este tiempo de gracia y para recordar que “En la esperanza hemos sido salvados”. Alumbrados a esta vida por medio del bautismo, en muchas ocasiones el poder del pecado nos aleja del Señor y de su voluntad. Así, pues, con un corazón arrepentido hemos elegido pedir perdón para recibir de Dios su amor y misericordia y celebrar, reconciliados con Él, la alegría inmensa de la Pascua.

5.- Canto penitencial: Vengo ante ti, mi Señor.

Vengo ante ti, Mi Señor, reconociendo mi culpa,
con la fe puesta en tu amor que Tú me das como a un hijo.
Te abro mi corazón y te ofrezco mi miseria,
despojado de mis cosas, quiero llenarme de ti.

Que tu Espíritu, Señor, abrase todo mi ser,
hazme dócil a tu voz, transforma mi vida entera.
Hazme dócil a tu voz, transforma mi vida entera.

Puesto en tus manos, Señor, siento que soy pobre y débil,
más Tú me quieres así, yo te bendigo y te alabo.
Padre, en mi debilidad Tú me das la fortaleza,
amas al hombre sencillo, le das tu paz y perdón.

6.- Textos de la Encíclica “En la esperanza fuimos salvados”.

Música de fondo Gen Verde

1.- En esperanza fuimos salvados, dice san Pablo a los Romanos y también a nosotros (Rm 8,24). Según la fe cristiana, la «redención», la salvación, no es simplemente un dato de hecho. Se nos ofrece la salvación en el sentido de que se nos ha dado la esperanza, una esperanza fiable, gracias a la cual podemos afrontar nuestro presente.

2.- ¿No hemos recaído quizás en el individualismo de la salvación? ¿En la esperanza sólo para mí que además, precisamente por eso, no es una esperanza verdadera porque olvida y descuida a los demás? No. La relación con Dios se establece a través de la comunión con Jesús, pues solos y únicamente con nuestras fuerzas no la podemos alcanzar. En cambio, la relación con Jesús es una relación con Aquel que se entregó a sí mismo en rescate por todos nosotros (cf. 1 Tm 2,6).

3.- A lo largo de su existencia, el hombre tiene muchas esperanzas, más grandes o más pequeñas, diferentes según los períodos de su vida. A veces puede parecer que una de estas esperanzas lo llena totalmente y que no necesita de ninguna otra. En la juventud puede ser la esperanza del amor grande y satisfactorio; la esperanza de cierta posición en la profesión, de uno u otro éxito determinante para el resto de su vida. Sin embargo, cuando estas esperanzas se cumplen, se ve claramente que esto, en realidad, no lo era todo.

4.- Un lugar primero y esencial de aprendizaje de la esperanza es la oración. Cuando ya nadie me escucha, Dios todavía me escucha. Cuando ya no puedo hablar con ninguno, ni invocar a nadie, siempre puedo hablar con Dios. Si ya no hay nadie que pueda ayudarme –cuando se trata de una necesidad o de una expectativa que supera la capacidad humana de esperar–, Él puede ayudarme. Si me veo relegado a la extrema soledad...; el que reza nunca está totalmente solo.

5.- También el sufrimiento forma parte de la existencia humana. Conviene ciertamente hacer todo lo posible para disminuir el sufrimiento. En la lucha contra el dolor físico se han hecho grandes progresos, aunque en las últimas décadas ha aumentado el sufrimiento de los inocentes y también las dolencias psíquicas.

6.- La grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre. Esto es válido tanto para el individuo como para la sociedad. Una sociedad que no logra aceptar a los que sufren y no es capaz de contribuir mediante la compasión a que el sufrimiento sea compartido y sobrellevado también interiormente, es una sociedad cruel e inhumana

7.- Sufrir con el otro, por los otros; sufrir por amor de la verdad y de la justicia; sufrir a causa del amor y con el fin de convertirse en una persona que ama realmente, son elementos fundamentales de humanidad.

7.- Procesión de entrada de la cruz (de pie)
8.- Canto: La Fonte

Que bien, que bien, que bien se yo,
la fonte que mana y corre aunque es de noche,
aunque es de noche.

Aquella eterna fonte está escondida,
que bien se yo do tiene su manida,
aunque es de noche.

Su origen no lo se pues no le tiene,
más se que todo origen de ella viene,
aunque es de noche.

Aquesta eterna fonte está escondida,
en este vivo pan por darnos vida,
aunque es de noche.

Aquí se está llamando a las criaturas
y de esta agua se hartan aunque a escuras,
porque es de noche.

Aquesta viva fuente que deseo
en este pan de vida yo la veo,
aunque es de noche.

9.- Lectura del Evangelio
10.- Examen de conciencia (sentados)
11.- Adoración de la cruz y confesiones

12.- Magnificat (de pie)

La meua anima canta al Senyor,
el meu espirit celebra Deu Salvador,
perque ha mirat la petitesa de la seua serventa.

El seu nom es sant i l’amor que te s’estem,
de generació en generació, de generació en generació.

Les obres del seu braç son potents i grans,
dispersa els homes de cor altiu,
derroca als poderosos i exalça als humils,
omple de bens els pobres.

Al seu servent ha protegit el Senyor,
com ho havia promes als nostres pares fa temps,
i s’ha recordat del seu amor a Abraham per sempre.

13.- Salmo de un corazón sincero ( a dos coro)

A Levántate, Señor, en tu bondad y misericordia
y acércate al corazón de los hombres;
quita la venda de los ojos que no ven sino tinieblas,
y ablanda el corazón del hombre soberbio y violento.
Surge, Señor, como una llama viva, en medio de la tierra
y atrae hacia ti a los hombres, hijos tuyos, que viven sin conocerse.

B Despierta ya, Dios mío, ponte en pie y camina hacia nosotros,
tú que eres Señor del hombre y de la Historia.
Despierta ya el corazón del hombre golpeado por el pecado
y acógenos a todos como hermanos en tu gran tienda.
Oh Dios, Señor de todos los pueblos, Señor de las naciones,
derriba las murallas, destruye los muros y abre puertas y ventanas
para que el sol de tu amor y tu justicia unifique la tierra.

A Oh Dios, danos un corazón justo, un corazón sincero
que busque el bien de todos y no se esconda en el egoísmo.
Oh Dios, danos un corazón inocente y limpio,
capaz de olvidarse de sí y preocupado por los hermanos.
Que cese la maldad del hombre pervertido y desfigurado;
que no triunfen los planes del hombre de corazón de piedra;
danos un corazón de carne, abierto a la amistad y a la ayuda,
tú que conoces el interior del hombre y llegas hasta sus entrañas.
Oh Dios, tú que eres justo; tú que eres santo,
danos un corazón sincero.

B Haz camino hacia los hombres que te buscan con limpio corazón
y que se empeñan en establecer en el mundo la paz de tu Reino;
sé tú, oh Dios, el escudo que nos cubra y nos proteja,
sé tú el salvador y liberador de los corazones rectos.
Salva el corazón del hombre, de la tiniebla de la mentira;
salva el corazón del hombre, de la dureza del viejo orgullo;
salva el corazón del hombre, de la apatía y la mediocridad.
Oh Dios, Dios nuestro, acoge nuestro corazón que tiembla
ante el poder del mal que ha hecho nido en el barro del mentiroso,
y danos fuerza, sé tú nuestro escudo, en la hora de la prueba,
y defiéndenos del Malo, del Diablo que dispersa y divide.

A Señor, tú conoces la fragilidad de nuestro ser
tocado por el pecado;
tú conoces la fuerza de la tentación cuando llama a nuestra puerta;
tú conoces la debilidad de nuestras vidas cuando sufren la crisis:
ven, Dios nuestro, que a Ti nos acogemos; ven y sálvanos.
Libéranos y que nadie arrebate como un león nuestra vida.
Perdónanos cuando estábamos lejos de tu verdad y tu gracia.
Danos un corazón abierto al perdón y la misericordia.
y que nunca nos creamos mejores
que ninguno de nuestros hermanos.

B No nos dejes, Señor, caer en la fosa, bajar a lo hondo del abismo;
No permitas que nuestro pie sea atrapado
en los lazos de la muerte,
y allana nuestro camino y aliéntanos en la hora del cansancio.
Aquí estamos, Señor, unidos como un solo pueblo que te ama;
aquí estamos, Señor, abiertos a los hombres
y nunca sobre nosotros cerrados;
aquí estamos, Señor, pobres, humildes, como niños que necesitan
la ayuda de tu mano materna que acompañe nuestros pasos.

A B Te damos gracias, Señor Dios, Señor de la Historia y del hombre,
te damos gracias porque eres justo, eres bueno, eres santo.
Oh Dios, todopoderoso, único Señor de cuanto existe y vive,
a ti elevamos, desde nuestro corazón sincero, nuestro canto.
(Salmo 7)

14.- Pare Nostre (cantado)
15.- Bendición
16.- Atzeneta recoge la cruz
14.- Canto final: Tus heridas

Tus heridas nos han curado
y tu muerte nos trae la salvación,
en la cruz nos das la vida
por tu sangre le perdón.

Te condenan a muerte por ser fiel
inocente testigo del Amor,
y te cargan el peso de la cruz
olvidado en tu pena y tu dolor.
Hoy Señor te volvemos a clavar
en los hombres que mueren sin razón,
torturado hambriento y sin hogar,
siendo injustos cerrando el corazón.

Despojado de toda dignidad,
te condenan el odio y el rencor,
coronado de espinas como Rey,
das tu vida por el Reino de Dios.
Hoy tu sangre se vuelve a derramar,
por gritar los derechos y el Amor,
muere el justo que dice la verdad
los más pobres los que no tienen voz.

La próxima oración en Atzeneta, el 22 de Febrero a las 22’3